Vas a Volar en Ala Delta

Había algo raro en todo lo que pasaba, el viaje tan repentino sin saber muy bien a dónde me dirigía, las risas nerviosas de los que me acompañaban…

De repente llegamos al destino, uno que yo no conocía y que a medida que pasaban los minutos se me hacía más extraño.

Al fin, de forma totalmente inesperada me dan la mejor noticia: VAS A VOLAR EN ALA DELTA. No podía creerlo, los ojos se llenaron de lágrimas felices, todo mi cuerpo temblaba, no sabía qué hacer, qué decir…Madre mía era el mejor momento de mi vida, mi gran sueño, volar, verlo todo desde arriba…Ser pájaro por un momento.

La espera fue horrible, los minutos no pasaban, la furgoneta no llegaba… Hasta que…Por fin llegó el momento. La ida hasta el lugar de lanzamiento no tuvo pérdida, curvas, baches, piedras, ramas y velocidad. Muchos recuerdos venían a mi mente, momentos en los que explicaba al mundo las ganas por volar, mis ilusiones y mis argumentos para convencerles
que ellos también querían hacerlo.

Llegamos, los preparativos, todo lo que sucedía a mi alrededor era mágico, pasaba muy deprisa y estaba tan ilusionada que tampoco me daba cuenta de lo que iba a pasar inmediatamente.

El mejor momento, fue en el que aquella voz me dijo, vamos allá, empecemos a caminar… Y sin saber muy bien cómo, allí estábamos, volando, viendo el mundo como nunca antes lo había visto, disfrutando al máximo de cada segundo.

La tranquilidad, la seguridad y la sensación de libertad fue absoluta. No podía más que mirar, abrir los ojos y creer que volaba, porque no lo podía creer.

Todo ese tiempo allí arriba fue mágico, infinito pero fugaz. Al volver a tierra firme, seguí allí arriba mucho tiempo, intentando memorizar todo cuanto pude, pues es una experiencia increíblemente enriquecedora.

Fue un sueño al fin cumplido y fue genial.