Record personal de permanencia “ 5h 30min de vuelo “

Fue el primer día de vuelo del Campeonato de Spain en Ager (Lleida) 2010.

Despegue como siempre, dejando que salieran primero los Competis o mejor dicho, los que se toman en serio la competición. Yo prefiero disfrutar aprendiendo de ellos e intentar hacer la prueba con tranquilidad y casi buenos alimentos, mejor dicho sin ningún tipo molestia. Es verdad que cuando me canso y veo un pantano o río en mi camino, siento una agradable atracción de aterrizar cerca, comerme el bocata con una cervecita y pegarme un merecido bañito. ¿Qué más puedo pedir? ¿Para vivir así, para que morir? Creo que disfruto tanto o más que el que ese día gana la prueba.

La cosa es que despegue después de saludar a Manel y Sebas, que eran los jueces del despegue. Paso un buen rato sin lograr coger altura y subirme a la ladera. Lo intente por todos los lados, hasta en la zona del pantano, pero no iba a desistir tan fácil. Vi como tres o cuatro pilotos que estuvieron a mi altura acababan aterrizando, pero yo? Y el primer día?

En una de mis idas y vueltas por la ladera mas baja del despegue, vi la ermita de la cual me habían hablado sobre su térmica de servicio. Y que suerte la mía que allí estaba. Era débil pero la pille, conseguí coger altura y por fin empecé a volar de verdad. Me tire hacia la primera baliza y justo detrás de ella a unos 4/5km al oeste de ella había una bonita nube que pronto me subiría hasta la base. Lo cierto es que no fue así, me costo buscar de donde se alimentaba y la ascendencia era muy débil pero amplia. Yo la verdad es que no tenía prisa y casi con un dedo podía mantener la vela centrada en la térmica.

Al rato conseguí llegar a las barbas de la nube, ir hacia la primera baliza, hacerla y poner dirección a la segunda baliza. Entre medio tuve un momento bajo, decidí pasar un collado con poca altura y la sensación de que si no encontraba pronto una térmica pronto estaría aterrizado, me pasaba por la cabeza. Por suerte un campo de frutales desprendió una suave ascendencia, que cuando esta alcanzo la cima de la montaña, me dejo respirar una agradable tranquilidad. El resto hasta la nube que se formo encima mía fue coser y cantar, otra vez tan suave que parecía que la vela tenia piloto automático. De allí hasta la segunda baliza fue un camino extraño sin aterrizajes, pero gracias ala altura extra que me proporciono esa nube, pude hacer el viaje de ida y vuelta por las montañas. Ya solo me quedaba la última baliza y no había visto a nadie por el camino, pero la verdad que estaba disfrutando de ese nuevo paisaje. Nunca antes había volado por esos lugares. Mejor dicho, en todo Ager.

En mi camino hacia la última baliza por fin alcance a una vela con mástil que estaba a mi altura y parándonos en los últimos resquicios de unas suaves térmicas logramos pinchar la última baliza y dirigirnos hacia el Gol (meta). Yo conseguí llegar un cuarto de hora antes de que cerraran la prueba, pero el, debido al menor planeo de su ala delta, se quedo a escasos 100m de culminar la prueba. Me dio mucha pena el no poder estrechar la mano del único compañero del día y que no pudiera completar la prueba más.

Al mirar mi vario me di cuenta de que había estado volando durante 5,1/2h. ¡Que pasada! Normalmente para las dos horas de vuelo ya no puedo ni con las tabas.

Fue mi primer gol en el campeonato y de 96 Km. “mi record de permanencia en vuelo”.

En este campeonato disfrute aun mas, un día que en pleno vuelo al sentirme cansado, en vez de seguir realizando la prueba y hacer la baliza, retrocedí para aterrizar al lado de un rió. Allí me pegue un par o tres baños, me comí el bokata con una cervecita y estuve tomando el sol en una gran roca mientras esperaba a que me recogieran. Con antelación le había comunicado a mi recogida que por favor yo fuera el último y me dejaran disfrutar de tan grato momento. “Que agradables sensaciones “